El Ado lo quiso radiante y fuerte
Le dio la alegría y una amable sonrisa
Con sus rizos dorados tuvo la suerte
De enamorar a la mañana y a la brisa
que al juntarse en el jardín con ellas
alegraban a todas las flores, y lejano
también el mar hacía gala con olas bellas
y así juntando alegrías … jugaron al verano.
Las flores en su jolgorio con brisa mañanera
Dejaron lucir su encanto de colores y esencia
Creando sin querer una hermosa primavera
Donde siempre, siempre se sintiera su
presencia.
Él Ado feliz en su creación llamó a su hijo:
Serás dueño de la mañana y de todos los días
Y llenarás de colores el arco iris, le dijo
Y cuidarás a la más bella princesa de alegrías.
La amiga de las estrellas y de las noches
La misma que lleva tu luz con tonos de plata
No por cambiar el color de tu luz le reproches
Ella es la Luna que a los poetas versos
arrebata
Es buena y alegre, y si alguna vez la miras
menguar
Es que se siente sola y quiere un abrazo
Entonces manda un rayito tierno para
adulciguar
Mientras la acoges con cariño en tu regazo
Sol era feliz, tenía de todo en aquel bello
jardín
Donde alcanzaba hasta más allá del horizonte
El abrazo de las montañas y a los montes su
verdín
El arco iris, perfume de flores y cantar del
sinsonte
Luna impaciente esperaba el abrazo para
brillar
Y sintió celos de las estrellas y de las nubes
El Ado no acepta celos, están hechos para amar
Mejor la llevan lejos del Sol, dijo a querubes
para que reine sola en las noches sin celos ni
envidia:
Te dejo las estrellas, luciérnagas y el amor
del lucero
Y no atormentes a Sol en tu mundana perfidia
Que yo he hecho de él mi mejor caballero
Pero el Ado nunca preguntó a Sol si la quería
Si la extrañaría en su inmenso jardín del Edén
Ni al ver la falta de resplandor y opaca
alegría
Ni al verlo solitario esperar a Luna en el
andén
Sol:
Distante e inalcanzable
Como el horizonte de un sueño
Que de pronto se ve palpable
E imposible por más empeño
Distante ... se siente su estadía
En los jardines de mi amistad
Cuando parece que amanecía
Llega una noche de oscuridad.
Luna:
Yo solo quería un abrazo de verdad
Que fuera mío y no compartirlo
Pero sin saber de celos ni terquedad
Los achares me llevaron a afligirlo
Y hoy lejana de su luz extraño su calor
No quise que nos separaran, amada amiga
Dame un rayito de tu luz, devuelve mi color
O quédate eterno en las noches conmigo.
Desde entonces, se escapan los veranos
Algunas veces a escondidas para verse
Luna baila de día junto a Sol de las manos
Solo así, distantes para siempre quererse.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario