Si supieran las letras
cómo las puedo dominar.
no usaría esta careta
para ponerme
a versar.
Si supieran las musas
que no las necesito,
se perderían entre la bruma
buscando un precipicio.
Si supieran los grandes poetas
quién soy en realidad,
la reencarnación perfecta
de la poesía de verdad.
Los críticos serían benignos
por temor al qué dirán,
un poeta distinto
venido del más allá.
Lo clásico y lo libre
eso ya no importa más,
lo esencial es que vibre
el corazón al escuchar.
Aquel que cree todo saberlo
tendría que reconocer,
que no hay ningún experto
que me sepa leer.
Mi poesía es de todo tiempo
en lenguaje universal,
la leas en cualquier momento
siempre la entenderás.
Tan diferente
como La Bruja irreverente,
tan ágil y audaz
como el viejito Pertinaz,
una poesía tan distinta
como la de Nueva Tinta.
Quizás sea una humorada
para hacerte sonreír,
tal vez algo más
con su dosis de verdad.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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