Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo
vivo y besar
sobre esa boca el nacimiento de la voz que
quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a
cruzarse sobre
mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no
podrían
adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que
me obsesiona y
me gobierna desde hace días y años,
seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré
despertar.
Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a
todas las
apariencias de la vida y del amor y tú, la
única que cuenta
ahora para mí, más difícil me resultará tocar
tu frente
y tus labios que los primeros labios y la
primera frente
que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me
tendí al lado de
tu fantasma que ya no me resta sino ser
fantasma entre
los fantasmas, y cien veces más sombra que la
sombra que
siempre pasea alegremente por el cuadrante
solar de tu vida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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