domingo, 17 de mayo de 2020

UN AMOR ESPIRITUAL.


Amor mío:

Esta carta te la envío en fino papel de seda, y la voy a atar a la patita de una paloma mensajera. Quiero que llegue con seguridad hasta tus manos, allá en la otra orilla donde tú me aguardas. No hay día que no te abrace con mi espíritu, sin embargo no hay día que no te extrañe. Eres cual un rocío en mis pétalos tristes, porque soy cual rosa bañada por el aliento de tu alma. Eres mi razón de existir. Por ti tengo sueños, por ti voy macerando en mi corazón dulces planes de reencuentro. En las noches el roce de nuestras almas es mi tentador alimento. Me llenas toda y a pesar de la distancia no puedo negar que te tengo. Dulcísimo mío, apuro ya el elixir de esta vida, de estos breves años que me restan para ir a tu encuentro. Tú no puedes volver hacia mí, pero yo sí puedo volar hacia ti. ¿Quién podría entender un amor que trasciende hacia la eternidad? Nadie. Solamente los espirituales podrían asimilar este amor tan grande. Espérame, que el tiempo se irá como las hojas que se llevan las aguas sagradas del otoño.  Y más temprano que tarde nos veremos juntos retozando como niños en prados de sabiduría y libertad.
                          
Tu amor espiritual:



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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