miércoles, 13 de mayo de 2020

VORAZ Y BELLA.


Ha de menguar,
la eterna duermevela,
que en la hojarasca presa,
viviendo en su ceguera,
en el desprecio medra.
Ha de encontrar,
entre la espesa niebla,
la prístina luz,
que en el saber quisiera.

La luz primera,
volver siempre quisiera,
en alas del amor envuelta.
Lúcida primavera,
ágil golondrina que regresa.
Multicolor quisiera,
cada oscuro rincón,
que el corazón encierra.

Voraz y bella,
cual carnívora planta,
que al insecto devora.
Una mirada experta,
hasta el núcleo atraviesa,
hacia su alma gemela.
En la Luna refleja,
su versátil simpleza.

Amor que vuela,
tronando o en silencio,
cual furiosa tormenta.
Ciñe la vida obsesa,
apasionadamente bella.
Amor sin tiempo,
libre o prisionero.
Ha de soñar el verso,
donde vivir inmerso.

Ha de creer con dudas,
alcanzando la esencia,
en la noche profunda,
en la radiante aurora.
Pensar en la existencia,
con la verdad sin verla.
Al alba quedó queda,
en la mañana muda.

Realidad que retorna,
como vuelve la vida,
como el amor regresa,
siempre fresco a la cuna.
La voz que rota queda,
ante tanta hermosura.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.  

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