Qué dulce la palabra que retiene el silencio
el cálido contacto de tu beso en mi beso
la mirada que cruza de tu mar a mi puerto
el murmullo armonioso de este oleaje secreto.
Sentimiento sencillo, que regala un te quiero,
fina lluvia de otoño refrescando tu suelo
jardín donde florece apasionado verbo
que seduce el oído, y alimenta los sueños.
Piel de miel y canela, donde duerme los versos
que despierta en aroma de jazmín y romero
delicado es el roce de los dedos expertos
descubriendo caminos, manantiales secretos.
Alma de luz y sombra, caballero discreto
espiga de lavanda, ojos de gris tormento
tu cabellera larga como noche de invierno
donde hilos de plata van tejiendo recuerdos.
Voz sensual que caricia, que aún me llega de
lejos
que se quedó grabada en el tiempo perfecto
cuanto me lleva y trae esa risa en el viento
tu piel trigueña, suave donde nace el deseo.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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