2595 EL AMOR SE DIO LA VUELTA.
Estrambóticas ideas,
nace el brote con recelo,
adusto el gesto sin rostro,
vidas vacuas y ligeras,
atrincherados los ojos,
piel grisácea cual acero.
La boca una sola línea,
en un menguado cerebro.
Cruza veloz el vencejo,
saeta que se desliza,
rayo y trueno, al unísono,
pero la luz lo primero.
El tiempo y la mente viven,
enigmáticos y eternos.
Cuerpo y sangre,
carne y huesos,
unidos en el concepto.
El felino siempre atento,
alertas ojos y nervios,
en una musculatura,
cincelada en puro acero.
De soslayo mira el Hombre,
escondido en su secreto,
fluye la vida por dentro,
fragua que arde sin saberlo.
Sendas cuajadas de nombres,
ocultos entre los huecos,
tallos silvestres de sombras,
entre calcinados huesos.
Bordadas como bodoques,
las cunetas de los sueños,
en un jardín de recuerdos,
negra sombra, voz sin tiempo.
Se dio la vuelta la piel,
para verla desde dentro,
entrañas que se conmueven,
de temblores circunspectos.
Se decantaron las dudas,
entre crudos sentimientos,
dando pauta a los sentidos,
frenando el felino invierno.
Voz pautada, grito sordo,
aullido preso en el tiempo,
en profundos alaridos,
que se enquistan en silencio.
La vida gritando nace,
revolviéndose en su centro.
Viento que no se detiene,
suspiro que sabe a aliento.
En la cuna de la vida,
sabe el amor que es sincero,
irisados los matices,
que seducen los encuentros.
Verdades que cobran vida,
con el corazón atento.
Vieja savia, nueva esencia,
con el pecho al descubierto.
El amor se dio la vuelta,
para sin mirarlo, verlo.
Múltiples ojos que miran,
alrededor y por dentro.
P.D. No soy lo que escribo ... doy lo que tú sientes al leerme (anónimo).
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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