Enfrascado en una realidad voluble.
Cargando el peso de los años.
Magia abarca el aire de las mañanas.
Corazón marca cada la hora de los solitarios.
Neblinas surcan las danzantes esferas.
Coloquios de flores llegan a presenciar.
Parbulos insectos regodean la víspera.
Huesos fríos marcan la marcha de los
dinosaurios.
Esas calles largas en soledades minimalistas
Presos corren su por la libertad diaria.
El mar de gente colapsa la tenue tranquilidad.
Cabezas se estrellan unas contra otras sin
verse.
El derretido asfalto se pega en los zapatos.
Culebras se tragan unas a las otras.
las cavernas se iluminan todos los miedos se
van.
Carne movida por inercia trabaja sin un fin.
Frenesí desparramado sobre el globo terráqueo
Los reyes de la selva moderna se atacan.
las bombas que estallan como supernovas.
Cuerpos enfrentados al rojo vivo huyen.
El hermoso planeta volando por el vacío sin
destino.
Vivir merecemos todos en paz y libres siempre.
las almas se unen llegando hasta los confines
partes y órganos evolucionan para el amor
Forman un todo con forma de voluntad.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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