El despertar de mi sueño
se hizo realidad,
lo quisimos con empeño
y con toda intensidad.
Bailamos muy abrazados,
nuestros deseos ardientes
estaban los dos juntados
con emociones latentes.
Me besaste de improviso
y mi boca se cerró,
donaste un primer aviso
y el beso en ella quedó.
Fue un gozo haberte oído
decir con tímido "sí"
querer compartir mi nido
despertando el frenesí.
Son dos cuerpos empapados
en el fragor de la ducha,
sentimientos deseados
de pasiones en su lucha.
Tus delirantes latidos
golpeándome mi pecho,
de lujuria poseídos
retozando por el lecho.
Tu intenso amor alocado
cabalgando en un corcel,
sin riendas y desbocado
y asediándome en tropel.
Y tu extenuante jadeo
reverbera sobre mí
encendiendo mi deseo
y en tu ardor yo me perdí.
Tu corazón palpitando
sincronizado en el mío,
nos estamos entregando
a nuestro libre albedrío.
Percibí lo que me diste
pues tu cuerpo y alma a mí
con gran pasión me ofreciste
y yo la misma te di.
El cielo por ti tocaba,
Tú me dejaste sentir
lo que tanto deseaba
poniendo mi ingenio a fluir.
Mi empeño es seguir sintiendo
lo que esta noche sentimos,
y así continuar viviendo
el romance que vivimos.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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