Hoy te recordé y, en realidad, te recuerdo todos los días desde que abro mis ojos. Pero hoy fue particularmente doloroso porque tuve que contener mis lágrimas, aunque algunas de ellas se escaparon y pasearon por todo mi rostro. Todavía no puedo mirar al mañana sin llevar la sensación de que el mundo se acabó. Tengo mucho miedo de esta soledad y del abandono. Siento que se me derrumbaría aún más la vida y quedaría en plena perdición sin saber cómo accionar. Mi cabeza está confundida, mi corazón sufre y quisiera desconectarme, huir a un lugar lejano y, en medio del silencio, reconstruirme de nuevo con piezas nuevas o usadas o robadas de un alma poco rota, con las fuerzas suficientes y el optimismo alto para continuar en la lucha. Estoy quebrada y no razono con claridad porque estoy agotada de escuchar, de exigencias, pretensiones, juicios injustos y pocos empáticos. Del 'qué dirán', de las habladurías y suposiciones basadas en divulgaciones disfrazadas del engaño llamado verdad. Por eso hoy te recordé con más fuerza porque esperaba que de alguna forma me dieras fuerzas. No obstante, no las tengo, solo tengo tu recuerdo y este abatimiento matándome lentamente.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
Què profundo, y se siente como un dejo a un instante parecido de un ayer no tan lejano, a veces sólo dite esto también pasará, nuestra naturaleza es impermanente así que no vivas antes ,fluye en el momento y todo va estar bien, cada mañana es un regalo, solo festeja el estar vivo ,ya todo se va acomodar . Disfruta del vivir. Abrazo de luz , las almas no se rompen, las almas se expanden o encojen. Sonríe y abrazate más, volvera a brillar .
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