¡Oh, alma muerta!, que vive en la inmensa mortandad,
y cuando es pasiva en la vida y es gran quietud,
el alma muerta no descansa en la plenitud,
de un alma muerta que pasa a hacer natalidad,
cuando el alma muerta queda como la virtud,
y la muerte es desapercibida en soledad,
cuando el alma muere de espantos en sociedad,
y una gran y plena alma muerta en exactitud,
¡Oh, alma muerta!, que vive en la inmensa mortandad,
y que no es cierta la gran e inmensa prontitud,
de un alma muerta que pasa a hacer natalidad,
no muere el alma muerta con inexactitud,
la vida pasa en ser alma muerta en soledad,
y desata al alma muerta con solicitud…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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