todavía guardan silencio
los anhelos que transitan en la casa,
todavía se cruza presuntuoso
el autillo que se posa en el encino
con un pensamiento insano que guardé
molesto y sin cumplir bajo mi almohada.
He tenido que admitir que los jazmines
son culpables de forjar entre sus pétalos
postales diminutas
de paisajes promoviendo primaveras,
de ocasos en silencio
que viajaron mas allá de la nostalgia.
Será el amor como he soñado
o será que estoy soñando igual
que se sueña dormido bajo el sauce,
a la luz de la estrella mas deseada
o a la esperanza
que va y viene, que se aleja y se acerca
pero no desaparece
transformando su epopeya en utopía.
Mirarme en tu mirada
es como entrar a un boulevard con muchas avenidas,
es ir y venir a cada instante
tras el sueño que sueñas realizado
o de un anhelo que se fue
sin mirar atrás con las manos en el rostro
y el andar descalzo.
Quizás me estoy mirando en ti, copal
de mi creencia bendecida
y estoy reflejando al interior lo que deseo
cuando mi alma que te siente tan suya
te abraza y te acaricia
desde adentro.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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