porque acaricia tu piel
y al jabón con que te bañas
que te puede recorrer.
Quisiera ser ese espejo
que refleja a tu silueta
pues conoce tus secretos
de tus pies a tu cabeza.
Y ser el rojo carmín
con que tiñes a tus labios
para poderte besar
con amor apasionado.
Pero más yo sueño estar
en el lugar de quien amas
porque sabiéndote ajena
me es enorme la montaña.
Y por tal solo me queda
el querer ser tus zapatos
porque aunque tú me pisaras
podría estar a tu lado.
Porque es mi eterno destino
mujer de basta hermosura
amarte en mis fantasías...
hoy... ¡Te quité ya la blusa!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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