jueves, 24 de julio de 2025

EL ORÁCULO Y LA DANZA DEL COSMOS.

Un oráculo desciende lentamente
sobre una montaña,
como un presagio vivo,
un soplo antiguo,
al ver los campos
de flores destructoras,
consumidoras a su paso,
devoradoras del tiempo.

Se instala majestuoso
como un rey y amo,
capaz de ser dueño de todo
con un solo parpadeo.

Despierta la piedra,
inmóvil vigía,
y los rayos inmóviles
que irradian secretos ancestrales
se abren como portales incandescentes
para dejar entrar al todopoderoso.

Una vibración latente,
expectante,
una respiración profunda del universo,
sueña con alcanzar
un cúmulo en su esplendor:
aros de fuego,
círculos ardientes,
y un despertar renacentista
que ilumina las sombras.

Es la trascendencia hacia el cosmos,
el repiquetear sagrado
del cuerpo, del alma y de la mente,
que inauguran y dan paso, solemnes,
a una danza molecular
sin principio ni fin.

Allí se revuelven las ondas,
las luces primorosas y sagradas,
pues todo arde por generar
el viaje interno,
por encender la médula del ser,
por expandir la conciencia pura. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

QUIERO MIRARME EN TUS OJOS.

Quiero mirarme en tus ojos
y perderme en su fondo,
como el más profundo de los pozos
y ser de aquellos locos...
 
Quiero beber de tu boca
el néctar de tus besos,
sumergirme también en ellos
mientras mi respiración se aloca...
 
Quiero oírme en tu voz
y mecerme entre tus cabellos,
paseando mi corazón
haciéndome creer el más bello...
 
Quiero mirarme en tus ojos
y olvidar el mundo completo,
reflejarme sólo en ellos
como parte de tu entero...
 
Quiero beber de tu boca
y saciar esta sed que tengo,
que me consume por completo
cuando no llegas a la hora...
 
Quiero oírme en tu voz
como cascada deliciosa,
soñando que has sido sólo mía
mi amor y mi hembra preciosa...
 
Quiero mirarme en tus ojos
y ser parte de tu pupila,
aquel iris que ilumina
y que me clava en tu retina...
 
Quiero beber de tu boca
y ser uno con tu lengua,
que cada palabra que de ella brota
me haga un poco más poeta...
 
Quiero oírme en tu voz
y ser uno en tus oídos,
adueñarme de todos tus sentidos
y ser de ti... un gran latido... 





Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

EL AMOR AMA LA LUNA.

Alumbra la blanca Luna unas tinieblas de sombra

esparciendo sus alumbres con agraciado blancor,

incitando a las caricias que enamora a esa pareja

como rumbos predilectos del deseo de liberación.

 

Empalagado de entregas con sentires de justicia

el premio de los alumbres son hijos que nacerán,

que puede decir la vida cuando se sacia de amar

escondido entre la sombra del lecho de castidad.

 

Como luz que guiaba esa entrega que hoy recibes

se viste de querencias la blancura que enamores,

que sabe decir el brillo de zalemas que enamoren

cuando asoma su fulgor es porque llega la noche.

 

De día cabecea Selene con las estrellas de noche

el formidable blancor es la luz de nuestra estrella,

este Sol se ufana siempre del brillar de Luna llena

alumbrando las pasiones selladas en piedra negra.

 

Cuando alumbra el amor lo negro oculta la noche

que sabe decir un Sol si no sabe quien le nombre,

su brillar se encadenaba en el suspiro de amores

quiero decir a la Luna que alumbre mis pasiones.

 

Abre lucernas de Luna en las ventanas abiertas

para que encendiese una familia que hoy renace,

con afecto en la querencia la luz de Luna si vale

invoco y anhelo viendo ese arte de enamorarme. 






Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

AMOR EN SILENCIO.

Observarte desde lejos sin que notes mi mirada,
caminar junto a tu sombra en cada jornada,
sentir el corazón lleno de una verdad callada
que nunca hallará camino hacia tu alma.

Imaginar tu rostro cuando cierro los ojos,
dibujar tu figura entre mis sueños vacíos,
inventar conversaciones en mis pensamientos fríos,
guardar cada palabra como eternos despojos.

Verte junto a otra persona duele en lo profundo,
escuchar sus voces como agudo desgarro,
mientras escondo este mundo, este extraño naufragio,
bajo máscaras serenas que cubren todo el daño.

Quisiera confesarte lo que guarda mi pecho,
abrir la puerta oscura donde vive mi anhelo,
pero temo perder hasta ese leve consuelo
de poder contemplarte con respeto y veneración.

Mi cariño es un río que corre sin sonido,
una luz entre cortinas, un suspiro perdido,
un jardín sin senderos donde he florecido
sin esperar cosecha del fruto más querido.

Las horas se hacen lentas cuando pienso en tu vida,
deseo tu alegría aunque esté compartida,
prefiero esta distancia, quieta y contenida,
que arriesgar el vacío si mi amor no recibe.

Soporto la melancolía de no poder tocarte,
de fingir indiferencia cuando logro encontrarte,
de ver cómo otros tienen el derecho de amarte
mientras yo solo alcanzo a admirarte y callarme.

Esta devoción oculta me acompaña al dormir,
me visita al amanecer sin pedir consentir,
es compañera fiel dispuesta a siempre seguir,
aunque su destino sea nunca conseguir.

Así permanezco, dueño de mi secreto,
cargando este afecto como noble objeto,
aprendiendo a vivir con su frágil secreto,
amando sin ruido, en silencio completo. 




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

martes, 22 de julio de 2025

SUSURROS EN EL SILENCIO.

Poemas del AlmaHe clavado mi recuerdo

en las sensaciones que sucumben
en la penumbra de mi lecho.

 

El alma se estremece,
me siento débil,
agonizo lento en el tiempo.

 

¿Será la noche la que irrumpe
en mi camino sombrío?
¿O el invierno que languidece,
se funde con el frío silencio?

Son horas absurdas,
tropiezan con mi recuerdo,
o tal vez son soplos suaves
que el viento me susurra.

 

Con nostalgia me envuelve,
deja mis manos como pétalos de nieve,
y mis labios, mariposas eternas,
que suspiran versos al aire.

 

Y en este manto de soledad,

donde el tiempo se quiebra y se pierde,
aprendo que el dolor también es vida,
y que en la tristeza nace la esperanza.

 

Porque después de la tormenta oscura,
el alma renace, fuerte y pura,
y aunque la noche envuelva el camino,
siempre llega el sol con su destino. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

ENTRE LATIDOS Y PALABRAS.

Sé que mi letra no es la mejor,
y por eso dudé en dártela.
Temí que no pudieras entenderla,
porque suele ser apresurada,
como mi corazón cuando te piensa.

A veces te escribo en momentos
de emoción intensa,
cuando no encuentro otra forma
de decirte cuánto te amo.
Es mi modo de sentir pasión,
de dejar que las palabras corran
como tinta en papel mojado.

Te he escrito muchas veces,
más de las que imaginas.
Algunas con letra tan unida
que ni yo puedo leerlas después.
Es como si la imprenta y la ligada
bailaran juntas en un desorden hermoso,
como mis pensamientos cuando eres 
quien los provoca.

Las últimas que te di,
quizá no son las más claras,
pero son las más recientes,
las que nacieron de lo que ahora siento.

Tengo más, muchas más,
escritas en clases, en márgenes,
en momentos robados al día.
No te las di, pero existen,
como existe este amor que no se cansa
de buscar formas de contarte que está vivo.

Si  quieres,
si no te molesta,
yo seguiré escribiéndote.
Porque amarte, también,
es escribirte.

Me da vergüenza a veces, sí,
pero contigo, poco a poco,
me voy quitando el miedo.
Y quizá, con el tiempo,
hasta mi letra mejore,
como ha mejorado mi valor
para hablarte con el alma.

Prometo escribir primero en borrador,
y luego pasarlo en limpio,
para que puedas entender
todo lo que en mí
ya grita tu nombre.

Porque sí, mi letra es un caos,
pero mi amor por ti
es claro, tierno,
verdadero. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri. 

lunes, 7 de julio de 2025

ESTO QUE SIENTO POR TI ...

Esto que siento por ti….

te lo explico,

aunque parezca inexplicable.


Me he cuestionado tantas veces …

que esto que padezco es eso que llaman amor,

no puede ser amor,

no debería…

porque el amor, dicen…

que en su principio elemental es reciproco…

imperecedero…

y dicen que es fantástico,

y perdura a pesar de los avatares en el tiempo.

 

Porque el amor, aunque indomable parezca,

termina siendo el sublime encuentro,

la dulce coincidencia…en su perfecta dimensión,

la máxima expresión de lealtad y pureza.

 

Cuentan que el amor…

cuando llega se queda para siempre,

que no duda jamás…

y que en los conflictos crece,

irónicamente funciona al revés de lo evidente.

 

Por eso aseguran que es mágico,

un maravilloso misterio que al descubrirlo…

en realidad, se revela la verdad sobre la felicidad.

 

Dichosos los que lo han identificado,

y más venturosos aun quienes lo han experimentado…

y lo preservan como celestial tesoro.

 

Díganme a mi si lo reconozco,

el problema conmigo es que me quede amando solo,

y entonces, los que saben de esto dicen:

que el amor se convirtió en desamor por abandono.

 

Ahora sé más de desamor que del amor,

por eso en mis versos fácil se manifiesta.

 

Al final, ya ustedes conocen el resto,

mi historia terminara como un himno…

a lo que pudo ser…y no fue,

porque hubo un trance…

que trasformo aquel noble sentimiento del amor,

por un sufrimiento insuperable.

 


Esto que siento por ti….

es inexplicable. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

domingo, 6 de julio de 2025

CARTA A MI QUERIDA YO.


Querida,

Te escribo desde un lugar muy tierno, muy profundo, muy cansado también… porque has aguantado más de lo que nadie imagina. Porque nadie estuvo ahí cuando te desvelabas con la cabeza llena de dudas, con el corazón estrujado por el miedo de que él mirara hacia atrás. Porque fuiste valiente en silencio, porque lloraste sin hacer ruido, porque te tragaste palabras que quemaban por dentro y sonrisas que no sentías.

Esta carta es para decirte: yo sí te veo.

Te veo en los días en los que te sentías invisible, comparada, desplazada por alguien que no respetó tu lugar. Te veo en el espejo cuando ya no reconocías tu cuerpo de tan delgada, de tan cansada, de tanto callar lo que te dolía. Te veo cuando no sabías si tu amor era suficiente, o si estabas luchando sola contra un fantasma que no terminaba de irse.

Y quiero que sepas algo que nunca te dijeron lo suficiente:

Tú no merecías vivir eso. 

No merecías esa intranquilidad constante. No merecías sentir que estabas compitiendo por alguien que ya te había elegido. No merecías ser la que cargara con las consecuencias del pasado de otro. Tú merecías amor limpio, presente, y sin sombra ajena.

Y sin embargo … aquí estás. No rota. Rearmándote. No débil. Sensible, sí, pero con una fuerza que no sabes cuánto vale. No rendida. Aquí. Pidiendo sanar. Aquí. Buscando abrazarte.

No tienes que entender por qué ella hizo lo que hizo. Solo tienes que saber que no fue tu culpa. No hay nada en ti que justificara ese dolor. Al contrario: todo en ti merecía ser protegido con amor. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

QUE AL FINAL ME ENCUENTRE CONTIGO.

Si ha de llegar el final,
que no me sorprenda errante ni solo,
sino a tu lado,
con la serenidad que sólo otorgan
los amores verdaderos.

No deseo monumentos,
ni ceremonias solemnes,
sólo tus manos sosteniendo las mías
cuando la noche definitiva caiga sobre el mundo
y el cuerpo olvide su afán de permanencia.

Tus ojos serían mi último horizonte,
tu voz, la última palabra que escuche,
y si aún quedara en mí un hilo de aliento,
lo gastaría en pronunciar tu nombre.

Porque tu presencia basta.
Basta para hacer soportable el adiós,
para convertir la muerte
en un descanso compartido
y no en una ausencia sin tregua.

Que el fin me halle contigo.
Y que, si no puedo seguir,
al menos tú sigas,
con mi memoria descansando en tu regazo. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 5 de julio de 2025

POEMA DE LA PASIÓN PROFUNDA.

Tu cabeza en mi hombro reclinada,
escondida tu frente pensativa,
en tu mundo de ensueños encerrada,
te escapas entre nubes, fugitiva.

Como si retornaras del olvido,
regresas de tu ensueño lentamente,
gaviota que resurges en tu nido,
liberando el deseo de repente.

En el momento en que tus labios rojos,
enmarcaban alegres tu sonrisa,
quise calmar en ellos mis antojos,
bañarte en besos sin que corra prisa.

De esa fiebre voraz fui prisionero,
y el beso floreció como una rosa,
tu voz rompió el silencio y un «te quiero»,
lleno de luz la noche silenciosa.

Tu cuerpo fue panal de ricas mieles,
donde calmé deseos escondidos,
y en el estremecer de tus vergeles,
mis ansias de querer, fueron vertidos.

Nunca te amé como en aquel minuto,
en que fuiste mujer de eternidades,
cuando el aroma de tu piel disfruto,
y me pierdo en divinas humedades.

Frente a tu inmensidad estoy rendido,
luces tu desnudez tan imponente,
que de nuevo deseo entrar al nido,
y beber en las aguas de tu fuente.

Te has cubierto de vaho de jardines,
y en mi memoria tu pasión se hospeda,
vivirás en castillo de jazmines,
para amarte la vida que me queda.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri