lunes, 7 de julio de 2025

ESTO QUE SIENTO POR TI ...

Esto que siento por ti….

te lo explico,

aunque parezca inexplicable.


Me he cuestionado tantas veces …

que esto que padezco es eso que llaman amor,

no puede ser amor,

no debería…

porque el amor, dicen…

que en su principio elemental es reciproco…

imperecedero…

y dicen que es fantástico,

y perdura a pesar de los avatares en el tiempo.

 

Porque el amor, aunque indomable parezca,

termina siendo el sublime encuentro,

la dulce coincidencia…en su perfecta dimensión,

la máxima expresión de lealtad y pureza.

 

Cuentan que el amor…

cuando llega se queda para siempre,

que no duda jamás…

y que en los conflictos crece,

irónicamente funciona al revés de lo evidente.

 

Por eso aseguran que es mágico,

un maravilloso misterio que al descubrirlo…

en realidad, se revela la verdad sobre la felicidad.

 

Dichosos los que lo han identificado,

y más venturosos aun quienes lo han experimentado…

y lo preservan como celestial tesoro.

 

Díganme a mi si lo reconozco,

el problema conmigo es que me quede amando solo,

y entonces, los que saben de esto dicen:

que el amor se convirtió en desamor por abandono.

 

Ahora sé más de desamor que del amor,

por eso en mis versos fácil se manifiesta.

 

Al final, ya ustedes conocen el resto,

mi historia terminara como un himno…

a lo que pudo ser…y no fue,

porque hubo un trance…

que trasformo aquel noble sentimiento del amor,

por un sufrimiento insuperable.

 


Esto que siento por ti….

es inexplicable. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

domingo, 6 de julio de 2025

CARTA A MI QUERIDA YO.


Querida,

Te escribo desde un lugar muy tierno, muy profundo, muy cansado también… porque has aguantado más de lo que nadie imagina. Porque nadie estuvo ahí cuando te desvelabas con la cabeza llena de dudas, con el corazón estrujado por el miedo de que él mirara hacia atrás. Porque fuiste valiente en silencio, porque lloraste sin hacer ruido, porque te tragaste palabras que quemaban por dentro y sonrisas que no sentías.

Esta carta es para decirte: yo sí te veo.

Te veo en los días en los que te sentías invisible, comparada, desplazada por alguien que no respetó tu lugar. Te veo en el espejo cuando ya no reconocías tu cuerpo de tan delgada, de tan cansada, de tanto callar lo que te dolía. Te veo cuando no sabías si tu amor era suficiente, o si estabas luchando sola contra un fantasma que no terminaba de irse.

Y quiero que sepas algo que nunca te dijeron lo suficiente:

Tú no merecías vivir eso. 

No merecías esa intranquilidad constante. No merecías sentir que estabas compitiendo por alguien que ya te había elegido. No merecías ser la que cargara con las consecuencias del pasado de otro. Tú merecías amor limpio, presente, y sin sombra ajena.

Y sin embargo … aquí estás. No rota. Rearmándote. No débil. Sensible, sí, pero con una fuerza que no sabes cuánto vale. No rendida. Aquí. Pidiendo sanar. Aquí. Buscando abrazarte.

No tienes que entender por qué ella hizo lo que hizo. Solo tienes que saber que no fue tu culpa. No hay nada en ti que justificara ese dolor. Al contrario: todo en ti merecía ser protegido con amor. 





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

QUE AL FINAL ME ENCUENTRE CONTIGO.

Si ha de llegar el final,
que no me sorprenda errante ni solo,
sino a tu lado,
con la serenidad que sólo otorgan
los amores verdaderos.

No deseo monumentos,
ni ceremonias solemnes,
sólo tus manos sosteniendo las mías
cuando la noche definitiva caiga sobre el mundo
y el cuerpo olvide su afán de permanencia.

Tus ojos serían mi último horizonte,
tu voz, la última palabra que escuche,
y si aún quedara en mí un hilo de aliento,
lo gastaría en pronunciar tu nombre.

Porque tu presencia basta.
Basta para hacer soportable el adiós,
para convertir la muerte
en un descanso compartido
y no en una ausencia sin tregua.

Que el fin me halle contigo.
Y que, si no puedo seguir,
al menos tú sigas,
con mi memoria descansando en tu regazo. 




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

sábado, 5 de julio de 2025

POEMA DE LA PASIÓN PROFUNDA.

Tu cabeza en mi hombro reclinada,
escondida tu frente pensativa,
en tu mundo de ensueños encerrada,
te escapas entre nubes, fugitiva.

Como si retornaras del olvido,
regresas de tu ensueño lentamente,
gaviota que resurges en tu nido,
liberando el deseo de repente.

En el momento en que tus labios rojos,
enmarcaban alegres tu sonrisa,
quise calmar en ellos mis antojos,
bañarte en besos sin que corra prisa.

De esa fiebre voraz fui prisionero,
y el beso floreció como una rosa,
tu voz rompió el silencio y un «te quiero»,
lleno de luz la noche silenciosa.

Tu cuerpo fue panal de ricas mieles,
donde calmé deseos escondidos,
y en el estremecer de tus vergeles,
mis ansias de querer, fueron vertidos.

Nunca te amé como en aquel minuto,
en que fuiste mujer de eternidades,
cuando el aroma de tu piel disfruto,
y me pierdo en divinas humedades.

Frente a tu inmensidad estoy rendido,
luces tu desnudez tan imponente,
que de nuevo deseo entrar al nido,
y beber en las aguas de tu fuente.

Te has cubierto de vaho de jardines,
y en mi memoria tu pasión se hospeda,
vivirás en castillo de jazmines,
para amarte la vida que me queda.





Autor 

Antonio Carlos Izaguerri