sábado, 8 de agosto de 2015

DAME.

Dame la noche del desnudo
Para hundir mi mejilla en ese valle,
Para que el corazón no salte y calle,
Hazme entregado, reposado y mudo.

Dame la aurora,
Rompe el nudo con que ligué mis rosas a tu talle
Para que el corazón estalle,
Hazme violento, bullidor y rudo.

Dame la siesta de tu boca,
Dame la tarde de tu piel, tu pelo,
Sé lecho, sé volcán y ruda,

Que toda plenitud me sepa a poco
Como a la estrella es poco al cielo,
Como el mar es poco para el río.


Autor:
Antonio Carlos Izaguerri

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