Cuando sientas que la soledad te embarga,
Que se te nublan los pensamientos en la cabeza,
Cuando sientas que estás triste, que no puedes con tanta
carga,
Piensa un momento en mí y toma mi alma como mi almohada.
Cuando sientas ganas de llorar, llora con mis ojos,
Que ellos llorarán lágrimas de felicidad para ti,
Y si sientes que te duele el alma, debes aferrarte a la mía
con todas tus ansias,
Porque siendo tu gemela, te dará la calma.
Cuando sientas que tus penas son muy largas,
Que hasta el Mundo te parece chico,
Levanta la cabeza al cielo, piensa en mí con ahínco,
Y grita mi nombre al viento, yo acudiré en un brinco.
Cuando sientas un palpito y todo tu cuerpo arda,
Cuando sientas tu garganta tan seca como el granito,
No te asomes bien amada, es mi cuerpo que está contigo.
Cuando sientas como el frío de la noche te cobija,
Y que las brumas del camino se te hacen infinitas,
Utiliza mi corazón como una vela prendida.
Que yo siempre guiaré tus pasos por esta vida.
Cuando sientas desfallecer y no tengas amanecer,
Cuando sientas las espinas del dolor desgarran tu corazón,
No tengas miedo ni sientas temor, pues estaré junto ti,
Porque te amo mi amor.
Cuando sientas las nostalgias por una herida abierta,
Cuando sientas que las rosas del jardín e miren
entristecidas
Y que el Mundo se te acaba y se e acaba la vida, llámame y
pídeme ayuda …
¡QUE YO ACUDIRÉ ENSEGUIDA!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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