En un mes de mayo te conocí,
En medio de un jardín de flores,
Con bellas rosas a tu merced te vi,
Recuperé la fe y las ganas de sentir,
Por tu nombre la felicidad vino a mí ...
En tu rostro vi la pureza y la lealtad,
Pero tras tus ojos vi ganas de amar,
Y en aquellos labios la falta de besar,
Fue un instante tan bello y especial,
Que en segundos caí a la merced de tu bondad …
Reina déjame ser tu romero,
Deja que cupido te envíe mi mensaje,
Y verás que poco a poco aterrizaré en tu ser,
Y con miles de rosas caeré a tus pies,
Cantando y gritando que seré tu hombre fiel …
Te juro que esto no es una mentira,
Ni mucho menos una fantasía,
Ni tampoco un cuento de hadas,
Éstas son las palabras de un ser que te ama,
Que hoy te ha conocido y le bendijiste el alma ...
Tampoco te diré que te bajaré las estrellas,
Ni que te llevaré a conocer la luna o más allá del sol,
Pero sí te puedo decir con todo corazón,
Que estoy encantado con lo tierno y bello de tu yo,
Que daría más allá del amor por ser parte de él,
No perderé la fe, porque seré como miel en ti,
Que te endulce y haré que te envuelvas en mí.
Fue un mes de mayo especial para mí,
Aunque muera siempre estarás en mí,
Conocí el amor sincero gracias a ti,
Y sólo lo podré dar si es para ti,
Como un siete sólo te amaré a ti con cariño amor mío …
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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