Cada vez que te veo ...
Mis días tienen más horas, siento el tiempo sin tiempo ...
Me fascinan más las azules mañanas ...
Algodonales y blanquecinas nubes me llaman ...
Me invitan a viajar ... reina el soñar en encuentros musicales ...
Un torrente de sensaciones me invade ...
Suspiros que de mi alma escapan ...
Princesa de mis sueños te conviertes ...
Mis días tienen más horas, siento el tiempo sin tiempo ...
Me fascinan más las azules mañanas ...
Algodonales y blanquecinas nubes me llaman ...
Me invitan a viajar ... reina el soñar en encuentros musicales ...
Un torrente de sensaciones me invade ...
Suspiros que de mi alma escapan ...
Princesa de mis sueños te conviertes ...
Cada vez que te veo ...
Dejo de ser un desierto ... mi piel vibra a su compás,
Mis labios saben a tu presencia ... son tus latidos ...
Mi alma encuentra compañía en tu soledad,
Me invitas a navegar por mares de pasión ...
Veo y no veo ... permito y no permito ...
Cordura y locura hasta el infinito ... ya tienen sentido.
Cada vez que te veo ...
Verdad y mentira sin ser amigas se conjugan ...
Hasta mi nombre pierdo ... en atrevido me convierto ...
Sutiles hilos de aroma de tu piel viajan y te presiento,
Corretea descolocada la ilusión, dibujando líneas de tu esencia,
Tu rostro me fascina! ... evidencia total de tu existencia,
Y tu amor, dueño de mi destino certero y de mi presencia.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
Dejo de ser un desierto ... mi piel vibra a su compás,
Mis labios saben a tu presencia ... son tus latidos ...
Mi alma encuentra compañía en tu soledad,
Me invitas a navegar por mares de pasión ...
Veo y no veo ... permito y no permito ...
Cordura y locura hasta el infinito ... ya tienen sentido.
Cada vez que te veo ...
Verdad y mentira sin ser amigas se conjugan ...
Hasta mi nombre pierdo ... en atrevido me convierto ...
Sutiles hilos de aroma de tu piel viajan y te presiento,
Corretea descolocada la ilusión, dibujando líneas de tu esencia,
Tu rostro me fascina! ... evidencia total de tu existencia,
Y tu amor, dueño de mi destino certero y de mi presencia.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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