Este jardín vuelve a sumirse fuera del sendero,
Y en nuevo espejo de sueño,
Sólo y alto,
Mi canto dejo en mi hondo silencio
Con lenguaje que por obra del momento yo encomiendo.
Mis ojos pierdo cautivados
En el deseo del sendero.
El eco de algún agua
Se escapa entre los dedos,
Se adivina adentrarse
Por los poros hasta el alma
Como en las olas de dulzura,
Mecidas por la brisa
E infinito besado del mar.
Sueños guamantes por los ojos
Recogidos entre dos almas puras
En espacios de cielo
De propia luz sin un terminar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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