miércoles, 10 de febrero de 2016

NO LLORASTE.

No lloraste,
Creo que en el fondo
No llegó a importarte.
Lo admito, lo vi todo.
Me escondí agazapado
Entre los pliegues de tu alma,
y fui espectador emocional
De lo que habían preparado,
Un destino macabra
Y un camino cruel.

Y no lloraste,
No sentiste un miserable pedacito
De tu alma desmoronarse.
Vi tu brazo sin pensar precipitarse
Hacia un profundo silencio
Que pendía de mí,
Que tú enredaste en mi pelo,
Pero para alejarlo de ti,
Para perderlo.

¿Y sabes? No me rompí,
Los pedazos que quedaban de mí
Se contuvieron detrás de los párpados,
Cerrándose para protegerme de ti.

Y no, tú no lloraste
Y yo no tuve miedo.
Recuerdo que quizás
En un rincón de mi cuerpo,
Sentí cierto aguacero.
Sólo fue un pequeño pestañeo,
Un suspiro afirmativo
De un devaneo de emociones
Que debían rendirse a ese momento.
Salí sin hacer ruido
Antes de haber acabado;
En mis ojos rezaba la frase
Que negaba los esfuerzos de mis manos.

En el fondo,
Valió la pena perder la razón,
Y al final,
En un alarde de suerte hacia los dos,
Tú no lloraste.
Tampoco yo.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri

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