lunes, 5 de septiembre de 2016

ODA ENTRE MIS MANOS.

Mirando al sol, frente al mar, tanta belleza,
Siento el viento que, al llegar a un ser alado,
Le acaricia su plumaje abrillantado.

He mirado desde aquí otro horizonte
Que misterios y aventuras nos esconde.

¡Tánta vida por vivir … tántos paisajes … !
No podría suceder que, en este viaje,
Algo pudiera odiar … sería infierno
Que destruye la raíz desde los huesos.

Yo no odio … yo no sé … sólo me enfermo
De dolor al ver que, un cielo que es un templo seco,
Esté por la ambición del pasatiempo
De un misterio señor que, sordo y ciego,

Se abre paso con la voz cortando vidas
Abrumadas de sudor y de injusticias.

Nada odio … aprendí que, el ser humano
Algo tuene de divino, por Dios dado.

Nada odio … yo no sé … sólo me enfermo
Y me hundo en el cáliz de los rezos.




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 

No hay comentarios:

Publicar un comentario