En el silencio de mi triste estudio, 
A plena soledad, como un cobarde 
Trago mi orgullo tonto para amarte 
Y poder saber que aún estoy vivo. 
Solo, el recuerdo del último beso 
Que nos dimos ¡queríamos beber! 
Para jamás olvidar nuestro ayer,
Pero el maldito destino, va escrito. 
El huracán, se llevó tus promesas, 
Las cambió por la triste indiferencia. 
A veces el amor no es de dos personas.
Fueron tus primeras miradas, 
Amadas con la última, que nunca volverías, 
¡Cómo añoro tus hermosas sonrisas! 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri  
 
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