Esa mujer me ha dado
Una prueba de su amor,
Libremente me ha dejado
Ver el fondo de su corazón.
Como cauto cultivador
Que cuida una flor hermosa
Así cuidaré nuestro amor,
Cual delicada mariposa.
No tendrá nunca el temor
De ver su corazón herido,
Ni nunca el infame dolor
De sentirlo en dos partido.
Porque a su corazón unido
Vive el mío enamorado,
Como níquel y acero fundido,
Irrompible y empotrado,
Si a este bello amor forjado
Daño mortal yo hiciera,
No solo su corazón sería dañado,
También mi vida yo perdiera.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario