Huele mi amor, saborea mi caricia lejana,
Allá lejos muy lejos
quizás ríe silenciosa tu lágrima;
Asumo su silencio y su sonrisa como un eco de tu mirada
De mis propios sentimientos, otra vez acaricio tu alma
Aunque me duela tu ausencia lejana.
Me preguntas si lloro, si la lluvia son lágrimas,
Si la navidad es una fecha sagrada.
Sólo mírame en silencio, recuérdame en tu lecho
Y ámame como el arquitecto de tus sueños
Y el alfarero de su amor.
Hoy he entrevistado a mi corazón;
Para saber si aún se escriben cartas de amor los amantes,
Pues tengo una certeza de
amor, de escribirte una carta
De susurrar a tu oído con mis palabras,
De platicar lo que no puedo decirte con la mirada
Y envolver con la palabra la sonrisa
Que te llevaste en sus labios de mar
Dejando sin caudal mi océano de amor.
Huele mi amor, saborea mi caricia lejana,
Allá lejos muy lejos,
quizás ríe silenciosa tu lágrima,
Con la complicidad de un beso, de una oruga;
Que a lo lejos muy lejos dejó en sus alas
El color de una mirada dibujada;
En las sonrisas que no hablan.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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