Qué ironía de la vida
Lo que más amo, a quien deseo ver.
Es la persona que no me desea ver.
Ni escribiendo mis poemas,
Mucho menos gritando su nombre
Ni volviendo a nacer,
Nada de esto volverá a mis brazos.
Aprendí amarte en silencio.
Gozo con verte a la distancia,
Con escuchar tu risa en el viento.
Vivo en el anonimato,
Río para esconder mi llanto,
Bailo para ocultar mi dolor,
Ahora vi una rosa en llamas,
Las llamas escriben tu nombre,
Escucho tu voz entre las llamas,
Tome la rosa entre mis manos,
La abrace a mi pecho,
Ahora es parte de Mí.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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