¡Mirarte y ya no poder estar sin ti.
Sentir que por fin conocí el cielo,
que nunca necesitaré consuelo.
Porque mi corazón late por ti.
¡Besarte! Y perder noción del tiempo,
sentir que se detiene cuándo te beso,
de todos tus encantos, estar preso,
porque a mi ritmo le cambias el tempo.
¡Oír los latidos de tu corazón!
Escucharlo, hablando susurrante.
De mi vida se ha vuelto mí razón.
Con todo mi ser estar cuidándote,
construir a tu alrededor un armazón.
Para mí, todo esto es amarte.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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