Mujer de sonrisa excelsa,
Ojos un tanto apagados pero infinitos, 
Nariz un poco redonda y cachetes rellenos. 
Es una noche especial, 
¿Sabe usted porque lo estoy diciendo? 
Es una noche fría 
De luna nublada y vientos errantes. 
Una noche oscura 
De lluvia incesante y sombras gigantes. 
Pero lo anterior sólo le da su belleza, más no la hace
especial 
¿Acaso sabe usted porque es una noche especial? 
Déjeme explicarle. 
Es una noche para hacer catarsis de recuerdos. 
Es la noche en la cual usted  
Camina sin rumbo por el desierto mental 
Que me hace escribir en esta noche triste. 
Sólo pienso en usted y nada más que usted. 
Le pienso a usted intacta, 
Así como le recuerdo 
Una mujer preciosa, delicada y firme. 
Le pienso desnuda, intimidante y seductora 
Con piel erizada y los muslos sensibles 
Con la boca seca, la vagina mojada, los pezones firmes 
Y con esa sonrisa pícara que vuelve loco a cualquier
cuerdo. 
Le recuerdo con la respiración cortada 
Cada vez que besaba los lunares de su cuerpo, 
Uno a uno, sin olvidar ninguno ni perder la cuenta.
Extraño su mano en mi cabello 
Intentando dirigirme para que ninguna parte de su piel 
Quedará sin mis labios.
 Buceaba entre sus
piernas 
 En ese mar de placer
 Que clamaba mi sed
de sexo 
 Y aumentaba mis
ganas de tenerla. 
Le pienso gimiendo de placer 
Mientras nuestros cuerpos sudaban 
Y la respiración se agitaba al ritmo que la excitación
crecía. 
Dos locos en la cama salidos de sus cabales, 
Dos cuerpos calientes que se rozan 
Sin intención de frenar las caricias, 
Besos y mordidas en la piel del otro. 
¿Le molesta si continúo pensándole? 
Ya lo sé, 
Tal vez le pienso un poco fuera de tono, 
Pero... 
¿Qué puedo hacer yo cada vez que escucho su nombre se me eriza
la piel? 
Seguiré pensando en usted! 
Teniendo en cuenta que su rostro enrojece de pena 
Y su sonrisa de asoma tímidamente para ver mis labios 
Mientras le digo las cosas que sus oídos están ansiosos por
escuchar. 
Le pienso y la recuerdo durmiendo 
Después de esas tardes de pecado, 
Tierna y consentida suspirando entre sueños 
Mientras acomoda su cabeza sobre mi pecho. 
Así podía quedarme horas 
Detallando su inusual belleza 
Mientras acariciaba su pelo negro 
Que me envolvía en locura. 
Aunque usted no me crea, 
Le sigo pensando 
Mi mente le extraña, 
Mis noches la piensan 
Y mi cuerpo la desea. 
¿No ha pensado usted en volver? 
¿No lo ha considerado ni un solo momento? 
Debería pensarlo... 
Aquí hay un hombre que le extraña, 
La necesita y la piensa. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri.  
 
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