Aspiro a ser tu amante en esta noche estuosa,
Amarte como lo hago cuando pierdo la cordura
Por tus besos, por tu cuerpo… por tu sangre.
¡Déjate amar esta precisa noche!
Roba mis instintos, destruye mis deseos;
¡Tómame, soy tuyo!
¡Ambiciono ser más tuyo!
Quiero ser de tu sed, de tu hambre,
De tus locuras, de tu ser.
Dame el beso que inicie en dulce éxtasis
Y termine fusionado en repentino orgasmo.
Ámame de manera que mis ojos te supliquen;
De tal forma que mi piel erice ante tus ojos
De tal modo que mis labios apelen tus encantos.
Ámame así, con más fuerza… más espasmos,
Más calor en tus penígeras palabras
De tal modo que mi cuerpo convulsione
Lubricando en rubescente entraña
El ignífero derrame de tu savia.
¡Hazlo!…
No suspendas el camino de tu lengua;
Sigue tatuando mi cuerpo con tus labios;
Sigue…
No pares de besar el alma
¿No ves que la luna se lleva las caricias?
Exijo: ¡No pares de besarme!
Aunque veas resplandecer la luz del alba;
Tú sabrás si contemplas o calmas mis ansias
Mientras yo... en tu célico perfil me pierdo.
Cada instante… de ti vuelvo a enamorarme.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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