Me limitas a sentir la breve brisa
Que recorren tus senos,
La tenue mordida
De tus implacables dientes.
Me limitas solo a observarte
En el insomnio,
Donde mis manos rozan
La llanura de tu espalda.
Me limitas a deslustrar
Con mi mano tu entre pierna
Donde me pierdo en éxtasis,
Tú en hastiar en silencio
El momento.
Me limitas a buscar un tesoro,
Que entre menos me doblego
Mas son las causas de desistir,
Por su dificultad de encontrarlo.
Me limitas a imaginar
El lívido dolor de tu ausencia,
Sin color ni brillo.
Ni sol ni aire que golpee
Seriamente mi realidad.
Llegué donde jamás imaginé,
Sin pensar y pensando toda la vida,
Lo que llame perfección.
Había algo más allá
Que solo explorar sus diminutos
Pezones o la envergadura
Del color en su lencería,
Estaba sucumbiendo
Antes sus pensamientos,
Porque a pesar
Las mágicas sensaciones
Que se trasladaban como
Estrellas fugaces,
Las limitaste sólo
En sentir un amor puro
Y sincero en el nirvana
De tu mirada.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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