Salieron una mañana
Echando la manta al cuello,
En su cara el regomello,
Bajo la boina de pana
Bullía la idea sana
De encontrar terrenos nuevos
Los suyos eran malevos,
Soplaban muy mal los vientos,
Para quien sus pensamientos
A otros tocaban los huevos.
Hoy me dio por recordar
Que así le tocó a mi abuelo,
Tuvo que dejar su suelo,
Te obligaron a emigrar.
Se vio forzado a marchar
Por pensar de otra manera,
Buscando tierra extranjera
Donde pudiera tener
Ain tenerse que esconder
Una charla con cualquiera.
Hoy la vida reaviva
Y hay en mis ojos destello,
Al recordar todo aquello,
De una lágrima furtiva
Al no entender la misiva;
¡Podrás tener tus razones,
Más no toques los riñones
De las gentes del gobierno,
Harán tu vida un infierno
Cortandote los cojones!
Sufro cuando pienso en ello,
Veo que se sigue igual,
¡La cosa pinta muy mal!
¿`Por qué se tiran al cuello,
Por qué no gustará el sello,
De quien de otro modo piensa?
Y una soledad inmensa
Inunda todo mi ser,
¡Quizás pueda parecer
Que pensar libre...es ofensa!
Los motivos son dispares
Del porqué ser refugiado,
Pero ya hemos olvidado
Que también cruzamos mares
Dejando nuestros hogares
Entre lágrimas y enojos.
No pongamos pues cerrojos
A tanta gente inocente
Que busca amor de otra gente
Y no.... que cierren los ojos.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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