Al fin, la noche vuelve a ser noche,
y el día, día, la lluvia grita afuera,
la madera huele a madera,
las flores son más hermosas que nunca.
Me desperté, el aliento de la musa durmió conmigo,
se levantó en pijamas y camino conmigo, desde algún sitio,
desde la noche, volvía…
Abrí mi ventana, la tierra tenía olor a trigo, era joven,
reviví el arte de la naturaleza, sentí aroma a flores
recién cortadas,
la mañana ríe, el viento canta, quiero más de esto,
quiero mil mañanas de pájaros trinantes...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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