¿Mi lugar favorito?... Si tuviera que elegir uno, sería un
lugar donde sonrió, donde amo mi existencia, un sueño! si! un sueño, lejos de
toda realidad, donde mis fuerzas no flaquean. Dormir, ciertamente nos brinda
energía para continuar otro día, pero soñar! soñar nos permite continuar ese
día sin sentirnos muertos. Soy débil, siempre lo he sido, nunca me he
considerado alguien apto para este mundo, y ¿cómo combatirlo? aun no encuentro
esa respuesta, solo intento seguir cada día, ganar, demostrarme a mí mismo que
vale la pena seguir. Hace tiempo que deje de ser quien era, curiosamente para
mantenerme "protegido", "a salvo"... extraño esos días en
los que las sonrisas se sentían reales, en los que las lágrimas podían brotar
con facilidad, cuando creía los demás eran igual de importantes que yo. Qué
triste, antes, e incluso ahora podría decir que realmente me amaba, ahora esas
palabras carecen de sentido, todo lo que creía, todo lo que defendía, ¿dónde
quedo todo ello? Me siento vació, sin propósito, sin merito, ni siquiera me
siento dueño de mi mente. Fue duro darme cuenta que poco a poco, lo que más
temía, me empezaba a consumir... La tristeza, la ira, sentimientos que creí
controlar, solo los retuve, y ahora, se han convertido en mi principal prisión,
no puedo descuidarme, el precio de una gran mente es la cordura. Se ha vuelto
una tarea difícil, me protegí contra cualquier amenaza externa, después me di
cuenta que me quede atrapado dentro de mis defensas, y ahora, ahora sé que si
aíslas una fortaleza las provisiones se agotan. Cuan agobiante se ha vuelto no
caer en las sombras, que liberador puede llegar a ser, pero, ¿obtendría fuerza?
si, ¿destruiría esta emotividad? si, ¿seguiría siendo yo?... no... mis
sombras... mis demonios, intento destruirlos, pero no puedo, aun no sé cómo.
Cada vez más me dominan, me seducen sus ideas, me lastiman, estoy harto, estoy
cansado, estoy a punto de quebrarme, y por todo lo que aun amo, no puedo, no
debo. Por eso sueño, porque soy libre de volar si así lo deseo, soy aún más
fuerte que mis miedos, porque es una forma en la que puedo escapar de mi
realidad, donde no hay más sombras molestas, por qué la soledad no es un
sentimiento que recuerde en la morada de Morfeo... A veces tan solo quisiera no
despertar.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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