No hay muchos que quieran descubrir el tesoro conmigo.
No hay muchos que siquiera sepan que existe.
No hay muchos que tengan la llave y menos, que te la
quieran regalar.
No hay muchos que sepan dónde está la flor de oro.
No hay muchos que te la quieran dar, porque no saben dónde
está,
porque olvidaron y creen que se perdió.
No hay muchos que sepan que yo estoy hecho de oro, fundido
de estrellas
que tu colonia es la tierra y tu país el universo.
No hay muchos que sepan que el tesoro eres tú.
Cada uno y todos juntos.
No hay muchos que estén dispuestos a regalarte una fortuna,
porque se piensan pobres y que no tienen nada.
Todos, están dispuestos a perder la vida antes de ver la verdad, porque les duele tanto
Y el apego al dolor es
su fortuna
No hay muchos que estén dispuestos a perder el miedo,
que es toda su cultura, prejuicios sus ideas preconcebidas,
manoseadas por siglos de mentira, de traición a la belleza.
No hay muchos que quieran entregarse a la belleza
porque la belleza es la verdad, es la libertad, es la vida, es la pureza y la
inocencia.
No hay muchos que estén dispuestos a vivir conmigo el paraíso
porqué piensan que están lejos y no lo pueden ver, porque
han perdido el horizonte, la vista y el instinto.
No hay muchos que estén dispuestos a amar el infinito,
porqué saben que el infinito
no tiene fin y que ellos si lo tienen y me dejan a mi solo.
¿Y que yo hago aquí solo con todo el universo?
¿Qué hago con el negro si fue creado para todos?
Yo Estoy dispuesto a regalarte mi valor, mi fuera y mis
afortunadas alas de ángel,
Estoy dispuesto a regalarte la verdad y la belleza,
y estoy dispuesto a regalarte el cofre, la llave, la flor
de oro y todos los tesoros.
El más grande, el negro, la belleza y la verdad,
Yo estoy dispuesto a todo por ti, a compartirlo todo, a
darte el misterio y a darte todas las claves.
No hay muchos que quisieran compartir todos los perfumes,
los cantos, los olores,
la esencia de cada partícula de cada grano de sal, de
azúcar o de arena.
No hay muchos que quieran renunciar a su importancia
personal.
No hay muchos que te quieran tanto.
Que estén dispuestos a regalarte la vida, la suya y la de
todos, porque no saben que todos somos uno, solamente uno,
y yo quisiera avanzar contigo, con él, con todos en el
telar del infinito,
con la música de las esferas, con toda la música de la
tierra, con todos los cantos,
los rugidos, los rumores y
todos, todos los silencios.
(Un poema a tu medida)
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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