En un día cualquiera
como cualquiera fueran
los días en que me vieras
se abrirían de mi alma
las alas, para volar.
Un día de sol o de lluvias
un día de tormentas,
un día como hoy
frío y gris, si tú llegaras
a tocar mi puerta
por fin sabría
que el universo conspira
a mi favor y te tendría.
En un día cualquiera
donde el tiempo no cuenta
llegaste a mí y te miré a los ojos
y supe que allí morarían
mis preciados versos.
Un día como cualquiera
desperté sintiendo
que siempre te amaría
y que siempre te amaré.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario