La luz brilla más clara en ti,
en cada una de tus ramas,
en ese titilar sin fin 
de tus hojas plateadas;
hojas de plata en la mañana,
oro brillante al caer el día,
la madera blanca como lana,
su voz de viva melancolía.
El viento es en ti un río
entre tus hojas va su caudal,
que cantando aleja el frío
en una mañana primaveral.
No deje de oír ese tu canto,
en ti no deje la luz de brillar,
no pierdas nunca ese encanto
que tanto voy siempre a amar.
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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