Aparece una luz en el ocaso,
brilla, como diamante con pureza,
con color opalino, una belleza,
fulgurante, extasía con su paso.
Es estrella que viene del parnaso,
trae versos escritos con certeza,
que engalanan cantando con presteza,
a tus ojos, tesoro muy escaso.
Pronto viene la noche silenciosa,
tu mirada, se funde acompasada
con los astros. ¡Postal esplendorosa!
Abrazados miramos la alborada,
la que llega, sutilmente fogosa,
plateando con morbo, la almohada.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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