Me gusta cuando acercas
tu rostro hacia mi rostro
con tu mano en el suave rubor de tu mejilla
pensativo, mirándome con esos negros ojos
que me invitan a abrir
otro mundo en mi orilla.
También disfruto al ver,
cuando sobre el cuaderno
que llevas siempre a mano,
anotas cuidadoso las veces que te beso
y yo calladamente te observo y aquilato
la forma que tu tienes de contar nuestros sueños.
Entonces yo me dejo
llevar de tu presencia
a los rincones donde tu luz siempre me guía
y me quedo esperando
que en cada despedida
al regresar tu estampa se me alargue la vida...
Para amarte más tiempo
para amarte profundo
y disfrutar tus
rosas
de amores embebidas.
Para amarte más tiempo
para amarte profundo
para vivir contigo
el resto de mis días.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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