domingo, 25 de febrero de 2018

A MARÍA.

Algunas así se llaman
 otras se hacen llamar
 todas ellas son María,
 lo fueron, lo son
 o quizás lo serán...

 Algunas tienen compromisos
 otras de ello tienen necesidad
 algunas tienen tiernos poetas
 que les riman en la oscuridad

 Existen otras que nada tienen
 y han venido a probar su suerte
 apuestan aquí cuatro monedas
 de esas blandas a los dientes
 mostrando una dudosa sonrisa
 jugar a la enamorada quieren..

 Se emborrachan, se marean
 sus poesías se obnubilan
 sus voces se entrecortan y callan
 parecen seducidas perder la vida...

 Y yo que soy gitanillo
 de esos que van de casa en casa
 que desconfío hasta de mi sombra
 y del espejo el reflejo de mi cara
 le digo sin muchos bemoles
 bajemos por un tinto a la cava...

  Allí se cuelga a mi cuello
  y me besa todo el cuerpo
 respondo hasta donde puedo
 ella pone su pollera en el suelo
 y yo me inclino entre sus enaguas
 juro no sé cómo llegó el día
 ni si me lavé la cara con agua...

 La moza ya no estaba
 ni la poesía ni el vino
 me quedaron mil besos
 y cuatro monedas blancas
 yo le escribí este poema
 para recordar sus caderas anchas
 recuerdo muy bien su nombre
 me dijo que se llamaba María...




Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

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