A la luz de la mañana
te he comparado amiga mía,
clara, intensa, cálida y radiante
esencial para crear el día...
a tus ojos le pertenecen
los dones celestes de las estrellas,
más conservan en su brillo
el lenguaje verde de las praderas...
constelada aurora, y
brisa mañanera,
rocío del alba tan temprana...
tu nombre arderá siempre en mi hoguera;
pequeña flor, y linda hechicera
lucero azul de la mañana...
mi alma es por siempre tuya compañera!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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