Necesito escribirte, en verdad lo necesito.
Necesito decirte que… otro día será tu voz.
Mi alma yace cansada, posada en el olvido.
Pensando que tal vez soy yo; … no, sabes, ese no soy yo.
Necesito imaginarte, visualizarte en mi mente.
Pendiente, elogiarte, después mirarte y besarte,
Mientras escucho tu respiración que es muy deprimente,
Que necesite imaginarte feliz. Triste pensante.
Desesperación; sentimiento árido que fluye en el asedio.
Esperanza; triste receta, perfecto complemento.
Necesito observar la luna, efímero remedio.
Distantes las estrellas, brillantes al mismo tiempo.
Me amaste, así como yo te amo y aún más,
Mas difusos son tus sentimientos impulsivos y fríos,
Pero me amas. Vas, regresas como las olas de mar,
Saladas y muy solas en algún lugar desconocido,
Queriendo ser amadas y queriendo amar.
Queriendo vivir con el corazón roto es cruel.
¿Cómo expresar tristeza sin la soledad?
¿Cómo escribir amor en un cuaderno sin papel?
¿Cómo estar en la habitación sin sobriedad?
¿Cómo olvidarte si siempre te quiero ver?
Tu dime cómo, dime cuándo y en dónde que ahí estaré.
Necesito decirte que, te necesito.
Tú dime cómo, ¿Cómo lo hacemos para poder volver?
Necesito. Es… es solo que te necesito.
Necesito más de aquellas tardes con sonrisas inigualables,
Tus besos tus carisias y tus abrazos.
Noches en desvelo, perdido en tu mirada, estar saciable.
Sin saber bailar. Intentarlo descalzos.
Bañados en la noche, disparándonos sonrisas.
Te extraño y sé que tú también me extrañas,
Me piensas, me sueñas, en realidad me quieres.
Te confieso que mi silueta te acompaña,
Y yo con ella si así lo prefieres.
Te necesito. No será hoy. Es lo que siento.
Quiero estar contigo, pero ya será luego.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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