miércoles, 19 de febrero de 2020

ENCRUCIJADAS DE LA VIDA.

Sendos caminos se cruzan,
en la ardua singladura.
Uno que sigue la duda,
otro que el saber subyuga,
para medrar en la holganza.
Los dos caminos respiran,
pero en diferentes almas.
Se bifurca la andadura,
entre el sabio y la ignorancia.

Se va ocultando la Luna,
entre vapores de nácar.
Profunda y sabia, sin prisa,
entre las nubes de plata.
Mira al Sol que ufano brilla,
en las bronceadas colinas.
Una se lleva la noche,
el otro transporta el día.

En cada mirada brilla,
o se nubla en las pupilas.
Una mirada se pierde,
otra, a otros ojos mira.
Una mira en lontananza,
mientras que otra se arrodilla.
Mira al final del sendero,
o se queda en las orillas.

La vida busca la senda,
como el pájaro que anida,
la rama que le convenga.
El amor sufre y se apena,
o da luz a quien le acepta.
Palabras que al ser condenan,
o de su prisión liberan,
cuando llevan la esperanza.

Senderos que transitar,
embebiéndose de ellos,
O pasando sin mirar,
no aprecia su entorno bello.
En el lento caminar,
busca el placer el viajero,
mientras vive el pasajero,
por la vida sin mirar.

Amor que viene y que va,
como sopla y gira el viento.
En brisa quiere tornar,
para acariciar el cuerpo.
Pero arreciando en tormenta,
flagela al ser sin piedad.
Amor que se queda, anhela,
transformar la realidad.

Se bifurcan los caminos,
como gira la existencia,
bordeando su destino.
El Sol recibe a la Luna
para señalar su sitio.

Mi patria es la Humanidad
y mi bandera mi piel.
Mi religión la conciencia
y la razón es mi Ley.
Mis sentimientos mi Secta,
aprender mi fortaleza,
mi meta el conocimiento
y mi cuerpo es el vehículo,
que transporta lo que soy...


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

1 comentario:

  1. Cierto, cuerpo que un día serán polvo y viajarán ya sin reglas ni resignación

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