martes, 10 de marzo de 2020

AYER.

Un ayer esfumándose en su lejanía
como sombras veloces de fuego,
yacen en un olvido difuso,
inerte entre el polvo y los tiempos.

Almas aferradas al espacio,
desde interminables lontananzas,
entre inmutables vacíos extraños,
sin palabras, sin rostros…sin nada.

La vida inmersa en su misterio
observa ilusorias las distancias,
pensamientos que susurran añoranzas,
una nostalgia dejando su sereno callar.

Un ayer habitado por el destino,
llevado por un viento calmo,
remembranzas de un peregrino lozano,
que sigue por el sendero de los sueños.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

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