Sobre el Vergel de tus labios rosa,
se posó mi beso cual mariposa
y la calidez del néctar de tu aliento,
esparció tu aroma cautivo al viento.
Me vi en el portal de tus ojos serenos,
lúcidos y pulcros espejos de tu alma
y pude ver tus anhelos supremos,
como las olas de una mar en calma.
Respiré tu paz. Liberé mis ansias
y quise tantas veces mas besarte;
Muy juntos los dos sin distancias.
Te abracé.
Temiendo pudieras marcharte.
Ese beso deseado… Apetecido,
fue fértil simiente de este amor
y quedé de tu alma prendido
y me fuiste fruto… Ya no flor.
Y en tierra virgen he arado,
generosa y de abundancia;
Y vivo aún aquel beso dado,
abocados tu y yo. Sin distancia.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario