jueves, 12 de marzo de 2020

AMOR QUE VIVE Y QUE NACE.

Frondosos son los desvelos,
ligeros los sueños son,
en la profunda emoción,
que pueblan temor y miedo.
Perdón en las pesadillas,
lo real vive en el suelo,
donde la vida se agita.
Una ráfaga de viento,
se lleva lo que claudica.
                               
De cera la soledad,
que se amolda a lo que late,
como se adapta la vida,
al día que muere y nace.
Vive pensando en vigilia,
para poder encontrarse,
No se para en la orillas,
mirada de largo alcance.
En su interior se concitan,
versos, temor y verdades,
su acento entre nieblas vibra,
como una cuerda en el aire.

Espesas las alegrías,
cuando el deseo es tan grande.
En las reglas de la vida,
se cruzan penas y amores,
para empujar los resortes,
que impulsan la vida misma.
Profundas grietas vividas,
con cicatrices y goces,
insondables son las dudas,
que en el camino se abren.
Vida que sintiendo nace.

Ave que en caminos vuela,
construidos en el aire,
como la flor mira al cielo,
prendida desde su talle.
El mar sobre el mar camina,
dando pasos de gigante.
Un latido da la vida,
otro en sus alientos yace.
Amor que vive y que nace,
cual fructífera semilla.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

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