Ay! ... luna mía preciosa
cuán radiante se te ve,
eres tú la más hermosa
y preso de ti, quedé.
Al pasar tras mi ventana
y entrar a mi habitación,
yo te acaricio en mi cama
deseando hacerte el amor.
Y al oído muy despacio
mis poesías recitar,
y decirte que te amo
como a nadie supe amar.
Luna de blanca pureza
aunque sé que amas al sol,
para mi eres la belleza
que excita a mi corazón.
Y a pesar de que te ocultes
al oír ésta poesía,
para mí siempre reluces
pues en mis sueños ... Eres mía.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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