Cada vez que la veo,
no sé si muero o resucito en un nuevo
infierno...
demonio en rojo, pidiendo mi alma,
imagino las llamas de la condena
siendo rebelde como siempre
quemándome a voluntad,
por
verme reflejado en su mirada.
Locura, enfermedad;
un efímero sueño que me persigue…
y no
cesa...
pesadilla incansable que no me deja despertar
gritos ahogados, en silencio
noches interminables dando vueltas en la cama
risas, aromas, abrazos,
recuerdos…
Demonio escondido en una mirada inocente
arrancas mi alma,
te llevas la calma
desapareces.
Y regresas como si nada.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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