martes, 10 de marzo de 2020

SOMBRA Y LUCES ABRAZADOS.

Sombra que al verde oscurece,
sombreando de negro el tallo.
Sombra que al rostro parece,
que de la luz se ha olvidado.
Sombra que el cuerpo agradece,
con el frescor de su halo.
Quedan sombreados los tálamos,
cuando el gris reina en el ánimo.

Luz que a la vida reaviva,
con resplandecientes rayos.
Luz que bebiendo del rayo
a la vida sacrifica.
Resplandor que da la vida,
a la sombra que fenece.
Luz que en los ojos refulge
y en las pupilas se crece.

En las sombras aparece,
un reflejo que se expande.
Una imperceptible luz,
que nuevos caminos abre.
Sombrean las alegrías,
cuando el amor se deshace
y las dichas se oscurecen,
cuando el dolor regurgita.

Vive la sombra cautiva,
en los replegados párpados
Y las luces reprimidas,
dentro van iluminando,
como carceleros sabios.
La sombra se queda chica,
cuando se atreve a pensarlo.
Verde sombra, verde claro.

Luces que nacen sin vida,
porque el necio no hace caso
y apagándose suspiran,
en los egos agrandados.
Espectacular la luz,
que de la sombra ha llegado,
alumbrando al infeliz.
Tonos de luz irisados.

Sin luces se van quedando,
los huecos que van dejando,
los amores del pasado.
Entre luces pululando,
como viajeros sin rumbo,
entre nieblas deambulando.
Sin luz queda la pasión,
que en gris se torna menguando.

Amor de sombras y luces,
pálpitos descompasados.
Besos que en los labios vibran,
de luz suspiros alados.
Resplandores en los ojos,
como refulgentes faros.
Amor de luces y sombras,
pero que llenan espacios.

La sombra y la luz se unen,
en el amor abrazados.



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

No hay comentarios:

Publicar un comentario