miércoles, 1 de abril de 2020

QUERIDA AMOR MÍO.


A ti amor mío. 



Querida promesa mía, querida amada.
Quisiera que me leyeras con los sentidos
más profundos y más intensos que aprendimos
bañados por cristal de luz que despertaba.

Sólo me resta la vida,
se me evaporo el escudo
que cuidaba mi dolor,
me venciste en la batalla
de la lucha del amor
y navegué prisionero
de una barca a la deriva.

Amada mía quisiera,
yo quisiera que supieras
que el sonido de tu boca
era el sonido de besos,
que la noche fue más clara,
que la niebla era secreto
y el sentido de mi vida
en tu mano apareciera.

Y me refugio en el llanto
convertido hoy en consuelo,
más no se aclara la sombra
que me proyecta tu ausencia,
pero aquí estoy caminando
con mis pasos sin cadencia
hacia un único destino
que cobija tu recuerdo.

Querida mía que luces dulcemente,
nunca sabrás la importancia que tenías
y allá donde se te despierten los días
caerá la noche que en mi corazón duerme.

Nunca faltará ocasión
para amar y ser amado
y hallarás un corazón
que quiera cantarle al tuyo,
mas no tuve la ocasión,
y perdón le pido al mundo,
de vestirme de ese quien
de mirar ilusionado.

Amada promesa mía,
amor sin amor pagado,
eras luna en cielo azul,
eres ángel en el lago,
fuimos trigo y amapola
en algún campo olvidado,
yo te hablo y tú no me miras,
no me miras cuando te hablo.

Hoy te remito estas letras
como un eco del sentir,
tendrán alma de responso
que se oirá en la lejanía,
y las leeré en silencio
para recordar el día
en que te dije te quiero
sin llegártelo a decir.

Adiós a mi amor secreto,
hasta la vista después,
sé que estás cuando te quiero,
cuando no quiero también.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri  

No hay comentarios:

Publicar un comentario