Quiero llegar en la noche serena,
cuando la luna todavía no duerme
y en la intimidad de tu alcoba plena;
Pueda amarte y tú puedas tenerme.
Y a Morfeo arrebatarle tu sueño,
ese sueño que solo a mí pertenece,
besar sutilmente tu adormecido ceño
y el pezón que de tus sedas florece.
Me ofrendaré a tus libidos sortilegios,
que a mis deseos hacen elucubrar,
haré tus gemidos apetecidos arpegios,
cual candente sonata por degustar.
Y desnudos en amanecer temprano,
despertarás fundida en mi piel,
tus beldades beatificando mi mano
y mi boca besando tus labios.
… Catando su miel.
¡Oh magnificados resabios!
De codiciada mies.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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