En cada encuentro... se esconde un beso.
Un eterno abrazo ... una larga plática.
Un secreto que llevo en los labios.
Un deseo que llevas en los ojos.
En mi interior;
ganas de gritar tu nombre a los cuatro
vientos.
Porque me vuelves loco ...
con cada beso que agita a mi corazón.
Y tus manos tan insolentes,
Se aferran a mis caderas.
Mientras que tu respiración recorre mi piel;
poco a poco me parte el aliento.
Conmigo se queda el secreto de querer decirte
lo que siento.
Quiero estar contigo de la manera más dulce.
Azúcar son tus besos.
Salado es tu cuerpo.
Ardiente es el fuego;
de la caricia prohibida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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